Julia Roberts, la deseada entre las deseadas, ha echado un cálido piropo a su interpretación pero nuestro compatriota Javier Bardem no es este año favorito.

Los amantes de nuestro cine deben rezar porque la ceremonia de los Goyas se vea regularmente salpicada con la escaramuza entre una atractiva Ministra de Cultura y un  premiado Director de la Academia.

En el tumulto informativo de estos días, la treta de Batasuna, Egipto y su inconclusa revolución, el viaje de Artur Mas etc…, han pasado relativamente desapercibidas unas interesantes declaraciones de Felipe González. El expresidente del Gobierno ha dicho que los salarios deben ir ligados a la productividad, con lo que se desmarcaba de los sindicatos y del Ministro de Trabajo, y se acercaba a la señora Merkel. Se ha referido, además, a Zapatero y su futuro.

Es ocioso ya detenerse en si los sucesos de Egipto son producto de la situación económico-social de una parte importante del país o del hartazgo de la población con un Presidente autoritario, irrespetuoso de los derechos humanos y que pretendía, idea macabra, perpetuarse en el poder a través de su hijo. También es asimismo irrelevante estudiar qué influyó más en el origen, el ejemplo tunecino o la televisión y el internet. Casi todo se ha dicho ya.