palabras contadas
Los que procuran
Llama sobre todo la atención el silencio del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, atrapado en discursos feministas y sin opinión conocida sobre el debate libresco del año
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Llamativa reacción en la polémica del libro de Luisgé Martín sobre el crimen de José Bretón: la pobre opinión de los partidos políticos en el Congreso, el pasado martes. Uno tras otro, fueron pasando los portavoces del PP, Sr. Tellado; Compromís, Sra. Mico; Sumar, ... Sr. Pueyo; Vox, Sra. Millán; En Comú Podem, Sra. Vidal, y Podemos, Sr. Sánchez (Javier). Uno esperaría de los líderes de los grupos ideas claras, un criterio, liderazgo que ayude a resolver los dilemas de la vida pública.
Como la ministra de Igualdad, Ana Redondo, que aplaudió la petición de que se prohíba el libro. O Semper que declaró a ABC su respaldo de la libertad de expresión. Pero lo del Congreso... Deberíamos exigir algo más que lugares comunes y miedo a las encuestas. Porque, claro, ese es el quid. Los representantes son más procuradores cada vez, de los que procuran no resbalar ni equivocarse nunca, cuyo cometido es principalmente ese, adivinar lo que quieren oír los posibles votantes.
En el Congreso ni uno solo apeló a una defensa integral de la libertad de expresión ni explicó que es compatible con el derecho de Ruth Ortiz, como víctima, a denunciar para que la justicia dirima el conflicto entre su honor e intimidad y el del escritor para crear una narración cualquiera. Todos se enredaron en lugares comunes sobre el respeto y la libertad en envase genérico.
Extraño consenso, poco coraje. Y llama sobre todo la atención el silencio alargado como sombra de ciprés que ha mostrado el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, atrapado en discursos feministas y sin opinión conocida sobre el debate libresco del año. Él, que lleva el sector y lo llena de derechos culturales.
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